jueves, 18 de enero de 2007

Sol de Problemas

Son las 2 de la tarde.

El sol del verano me castiga con su sonrisa y mis problemas queman más que sus rayos en mi alma…

- Hey!!, señora, me prende fuego por favor… - sigue caminando, no me escucha, ¿es acaso que hablo muy bajo? puede ser eso… y es que estoy tan atemorizado por lo que me he decidido a hacer que ya no soy yo mismo…

- Oiga, señor!, me incinera por favor?... - seguramente me ha tomado por loco, la forma en que me miraba me hace sentir despreciable…

- Es que nadie me toma en cuenta?, por favor, ayudenme!, deseo que me quemen por fuera para apagar el fuego que me quema dentro, ayudenme, por favor! - … no me miren así… no se rían de mi…

Que debo hacer para que la gente me tome enserio? El hombre que paso hace un segundo se parecía a mi jefe, el muy desgraciado me ignoro, al igual que aquella vez que le conté mis problemas… ¡Tú eres un culpable!¡tú eres un no inocente,… y quizás sea verdad que sólo yo soy el más culpable!... miserable…

El calor de la tarde me sofoca, y el calor de adentro no se apaga con mis lagrimas, mi voz esta se esta perdiendo en mi garganta. Elevo el encendedor, grito, con la voz que me queda, a los cuatro vientos que me he de quemar, pero al parecer lo único que se llevan estos vientos son mis lagrimas, a nadie le importo, a nadie le importa al parecer.

Los oficiales que se posan en La Moneda ya ni me miran, parece ser común este tipo de estupidez que intento hacer, pero es que quiero ser escuchado y no lo logro, ni en lo que queda mi casa, ni en la calle, en ninguna parte, estoy solo y abandonado, y esto hace que me queme más por dentro, y me calienta más por fuera.

Ya me aburrí… me quemare sólo… !!!... no, no puedo, soy un maldito cobarde…

La parafina en mi ropa se ha secado ya, hasta el olor a ella ha sido superado por el hedor de mi transpiración… llevo aquí, ¿cuanto?, media hora, y me estoy muriendo hace diez, esto no puede seguir así, o me quemo, o me voy…

Creo que… creo que me marcharé, no sirvo para esto, lo único que arderá hoy es la carta de despedida que deje en el velador de mi mujer, y la foto con la nota que le he dejado a mi madre, yo, no puedo con esto… mejor me voy…

Creo que ya he tocado fondo, porque con esta deserción, con esta casi insolación de verano, y el sufrimiento que me ha producido en mi piel, el fuego en mi interior se esta comenzando a apaciguar, ya llevo una hora aquí meditando, llorando, ya deje de ser un loco para esta gente, ahora soy un pobre mendigo al parecer, ¡hasta me han lanzado monedas, jajá!, me marcho.

Antes pasaré a despedirme de estos serios oficiales, que al parecer estan dormidos y sordos, ni se inmutaron con mis gritos…

- Adios, señores carabineros, espero no haberlos molestado tanto, jeje…

- Quién es usted?... y por qué huele a combustible?!

- No señores, si yo me marcho ahora y…

- Largo, y no se le ocurra acercarse con combustible al Palacio, no queremos más fuego en La Moneda, me escuchó?!

- Si señor, lo que usted diga, de todos modos no deseaba quemar a La Moneda, sólo quería prenderme yo, porque…

- No me importa lo que usted haga, pero no haga de su problema nuestro problemas, ya tenemos mucho con estos locos aquí dentro, ahora, vayase…

Ya estoy a cinco cuadras de lo que iba a ser mi ultima escena, mi problema no es el del país… creo que es algo que dará vueltas en mi cabeza por dias… mejor me apuro para encontrar a mi mujer antes que esa carta…

Demasiado tarde… he llegado demasiado tarde… el fuego en mi interior ha recobrado su fuerza…

Amor, no deseaba que tú te fueses conmigo, y menos que te llevaras a nuestros hijos contigo, más aún si yo no me he ido… no te preocupes, ahora yo te seguiré…

No, no puedo… soy un cobarde…

¡¿Alguien me puede prender fuego por favor?!